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11. Las esferas sociales

Un fallo fundamental de la actual teoría sociológica

 es que no relaciona de forma conveniente las interacciones

 de un nivel micro con los modelos de nivel macro.

Mark S Granovetter

 

Extracto

En este capítulo se presenta la conformación de la red social. La distribución de los vínculos entre los nodos sociales. Las preferencias de afiliación, la distribución y las posibilidades de las distintas topologías de red.

De lo micro lo macro

Este trabajo trata de determinar la lógica “de pago chico” para poder explicar las conductas de los pagos grandes, las grande ciudades. Así los pueblos medianos y pequeños elaboraban su dilema: evolucionar o desaparecer.

Desde la óptica de Mark S Granovetter podemos aceptar una representación a los pueblos pequeños y medianos como nivel micro y a las grandes ciudades, como de nivel macro y lo más importante: podremos ver la interacción que hay entre ambos niveles.

Desde este punto de vista un pueblo pequeño responde a un esquema de red de nodos relacionados mayoritariamente por vínculos fuertes, donde todos se conocen. En ellos encontramos referentes relacionados mediante vínculos fuertes con un número de vínculos marcadamente mayor a la media, sus vínculos a su vez se relacionan con terceras personas en cadenas lineales compuesta por vínculos fuertes, formando una topologías de tipo estrella. Dentro de la población este esquema se repite. Este rasgo propio de nuestros pueblos del interior hace que la dinámica de los mismos se centre alrededor de los nodos más vinculados y que los vínculos que se tienden tienen como objeto llegar o estar relacionado con esos nodos más relacionados. Estas redes no están solas en los pueblos sino que rivalizan unas con otras de constitución similar, – en cada pueblo hay dos clubes rivales-, con otros grupos que también tejen sus redes… pero los vínculos fuertes de unos por lo general no configuran lazos fuertes con los de los grupos antagónicos. En el capítulo Del movimiento de las esferas sociales como un equilibrio de Nash se aborda la misma temática desde el punto de vista de la teoría de juegos y del equilibrio de Nash.

El enlace entre grupos se da a través los vínculos débiles de personas que tienen relación con ambos pero que no forman un enlace fuerte entre ellos. A estos vínculos débiles que unen dos grupos o clusters se los llama puentes. En general estos son el último eslabón de la cadena de vínculos que se va debilitando a medida que se aleja del nodo mas vinculado, los puentes relacionan lo que Granovetter considera los marginales, que son los eslabones menos significantes dentro de la cadena del cluster.

Esta característica les confiere a los pueblos chicos una gran fragmentación social ya que el aislamiento territorial restringe las posibilidades de movilidad. Por un lado le da una gran unión y confianza con los nodos afines pero una marcada segmentación de conjunto que explica la característica de lo que comúnmente se llama “pueblo chico infierno grande”.

En las grandes ciudades ocurre el fenómeno contrario. La fortaleza de los vínculos es mucho menor y la proporción de vínculo fuerte versus débil es también menor. La consistencia de los grupos es más débil pero su movilidad mayor. Es por eso que la lógica de las metrópolis es diferente a la lógica de pago chico. Es tan distinta que es muy difícil que se encuentren entre sí[i]. La diferencia de lo micro frente a lo macro que surge entre el interior y Buenos Aires se debe a este fenómeno y se repite con las ciudades de provincia y los pueblos circundantes.

Las redes ego, como la llama Granovetter son redes con topología tipo estrella, prevalecientes en el interior el país, se tejen a partir de caudillos, caciques, “patrones de estancia”, punteros, en general referentes con poder de algún tipo con los que todos tienen que ver, con los que todos quieren tener que ver o con los que nada quieren tener que ver; estableciendo así una dependencia como forma de enlace.

Este rasgo se contrapone a la inmensa red de conocidos y de vínculos débiles que se tejen en las grandes ciudades. Colegios, transporte público, trabajo, edificios de propiedad horizontal, estadios de fútbol, clubes, organismos sociales son lugares comunes donde se traman las relaciones sociales en las grandes ciudades pero también donde el vínculo fuerte no va a fructificar por diversos motivos. Los habitantes de la ciudad tiene más conocidos que amigos, relaciones o vinculaciones, o “amigo de un amigo” que amigos propiamente dichos, vínculos familiares y todo otro tipo de relación personal que requiera mucho tiempo de dedicación para cultivarlas.

Tal vez la falta de tiempo sea la característica más distintiva del habitante de Buenos Aires que del provinciano. Al primero, recorrer largas distancias, el horario corrido, la misma dinámica de la ciudad, hace que le sea más dificultoso el encuentro interpersonal que en los pueblos del interior, yendo en desmedro de las relaciones personales y de los vínculos fuertes. En el capítulo Las posibilidades de la república, se cita a Herbert Marcuse que plantea las consecuencias de esta falta de tiempo. Esta característica se da sobre todo en las grandes ciudades donde la falta de tiempo imposibilita el cultivo de las relaciones que necesitan de él. El tipo de grafía de cada red marca la diferencia, cadenas lineales largas en contraposición a un mayado transversal, por lo tanto la topología le da a cada una características dinámicas distintas que sólo se pueden vincular a partir del tendido de “puentes” entre ambas.

En el capítulo La dinámica social como un equilibrio de Nash se retoma este concepto y se lo explica como dinámica social. Coincidimos con Granovetter que la red es el modelo más idóneo para explicar el movimiento de las esferas sociales como un equilibrio de Nash.

Los sistemas

Introduciremos aquí el concepto de sistema.

Un sistema es un conjunto de elementos que se intervinculan entre sí para producir significados.

Desde una concepción clásica los sistemas están determinados por tres etapas bien diferenciadas: entrada, proceso y producto, pudiéndose complicar cuantos más subsistemas lo constituyan, por ejemplo los diferentes subsistemas dan productos que sirven de materia prima para otros procesos como en el caso de la línea de montaje de un automóvil que se realiza de esta manera. Los lazos de retroalimentación son variables generadas desde el sistema o desde fuera de él que ejercen control sobre el mismo, estableciéndose así una maya de interrelaciones que miradas desde un observador lo convierten en un sistema abierto donde están involucrados varios subprocesos con sus respectivos lazos de control, y así sucesivamente.

Este tipo de sistemas se repite en la vida real cuando no son máquinas las que intervienen en los procesos. Por ejemplo en una novela de televisión donde se va ajustando el argumento de acuerdo al rating que tienen los diferentes personajes o en la investigación de mercado de un producto donde el público da su opinión antes que salga a la venta.

La política no ha estado ausente en este esquema de promoción de candidatos. Las empresas de marketing político realizan sondeos de opinión para determinar las necesidades del pueblo votante a fin de hacerles decir a sus candidatos un discurso que satisfaga las demandas del público y las posibles soluciones a dichas necesidades. De esta manera corrigen el rumbo de las campañas en base a los lazos de retroalimentación que arrojan las encuestas de opinión. Las campañas electorales se han convertido en una maquinaria de marketing político donde los partidos políticos sólo hacen de plataforma de lanzamiento para los candidatos.

Desde fines de los años ’80 tanto en Inglaterra como en Estados Unidos las campañas políticas cambiaron el enfoque de la construcción y presentación de la propuesta electoral. Del esquema tradicional donde un actor principal presentaba una solución magistral a la problemática que “él” y su grupo o partido creían que era la razón de acción dentro de la política, llámese ideología, orden, organización, religión, etc., se pasó al del actor político bajado de su pedestal, concentrado en la demanda del público elector muy lejos de la oferta ideológica.

En el capítulo De lo local a lo global se expone el fenómeno global del achatamiento de las pirámides del poder, ahora podemos marcar que ese aplanamiento deviene de que la política elabora su propuesta a la medida de los gobernados al igual que un fabricante elabora un producto en base a la demanda del público consumidor y no a principios o dogmas.

Tal vez este sea el cambio más importante que se ha dado en los últimos años dentro del ámbito de la política. Desde las revoluciones de fines del siglo XVIII se insistía en cambiar al hombre desde las ideas, y a partir de la construcción de un hombre nuevo la sociedad cambiaría. Hacia finales del siglo XX las políticas se centran en el público consumidor. Los discursos se elaboran en consecuencia en base a investigaciones de mercado focalizadas y segmentadas de acuerdo a lo que el votante quiere escuchar. Uno de los precursores de este esquema de campaña es Dick Morris, un asesor de marketing político que fue el que impuso su receta para que Bill Clinton sea reelecto en las elecciones de 1996 y que también trabajó en la campaña donde se impuso Tony Blair. Nosotros lo conocimos en nuestras pampas, fue el asesor de campaña de Fernando de la Rúa cuando gana la elección presidencial de octubre de 1999. Por lo tanto no es nuevo para nosotros este esquema en la política. El marketing sólo acerca el producto al público consumidor, no garantiza su calidad. Tenemos que ser muy cautos entonces.

De esta manera la “maquinaria electoral” se ha convertido en un sistema inteligente que va corrigiendo su rumbo a medida que la campaña avanza. El producto final es el candidato que más satisface los deseos, necesidades, universos simbólicos, fantasías y toda otra subjetividad que puede torcer la voluntad del voto.

Esta concepción clásica de sistema que diferencia entrada, salida (input-output) y proceso en una cadena determinista, lineal y que a su vez es posible de dividir en n subprocesos que conforman un producto final, presenta contradicciones que no son sostenibles en los sistemas sociales. (En el capítulo La organización en un mundo complejo se muestra la diferencia de un sistema lineal y uno complejo.) Estas categorías no tienen sentido en un mundo complejo, ya que no es posible diferenciar proceso de producto. El modelo de red autogenerada propone la emergencia como producto. Las interacciones primitivas entran en vinculación estableciendo subproductos que a la vez pasan a formar parte del proceso confundiéndose con él. Lo que emerge es lo que se distingue del medio y le confiere su identidad.

A diferencia de los sistemas, las redes son esencialmente no jerárquicas. En una red se involucran agentes y vínculos en un proceso de generación y evolución continuo de éstos y también del medio. Esta coderiva no se da mediante un proceso de realimentación sino que es un proceso intrínseco que afecta a todos los involucrados y al medio. Lo que tiene lugar en la red es la emergencia, que es un producto típico de las interacciones vinculares locales, micro.

La fortaleza de una red está en relación con el tiempo que pueda subsistir esa emergencia en un proceso de competencia.

Así el éxito que tiene la colonia de hormigas A que comparte territorio con la colonia B y con otros competidores para conseguir alimentos dependerá del tiempo que pueda mantener una forma determinada de interacción local para conseguir esos alimentos sin que sea afectada seriamente por sus competidores.

El modelo de red

Muchos procesos naturales, incluidos los humanos, son representables mediante modelos de redes de agentes esto sin perjuicio que los seres vivos de orden superior, aquellos con una inteligencia capaz de hacerlos aprender, funcionen además en base a modelos de sistemas inteligentes retroalimentado.

En el automóvil hay funciones, artículos o materiales que se van incorporando a los modelos como estándares a medida que evolucionan. La luz de giro, el auxilio, el críquet son todas innovaciones que se han ido incorporados a los vehículos a medida que evolucionaba la industria automotriz. No se concibe un automóvil sin luz de giro. Por otro lado a medida que el automóvil evoluciona, el caballo, los haras, los carruajes, la avena, los herreros, las talabarterías tienden a desaparecer. Por el contrario los moteles, las autopistas, el turismo son fruto de la evolución de la tecnología del automóvil. Por lo tanto una evolución tecnológica en un sentido puede muchas veces ir en desmedro de otras. Más que “evolución de las especies” estamos frente a una coevolución de procesos que convergen acá y ahora.

Las funciones biológicas se van incorporando a los estándares a medida que los seres vivos evolucionan y a medida que lo hacen se les hace más fáciles de incorporarlas. Así los primeros anfibios tenían branquias y les era muy costoso respirar en la atmósfera terrestre de su época, hoy todos sus descendientes tenemos desarrollado nuestro sistema respiratorio perfectamente adaptado al medio aéreo dato que se repite de mamífero en mamífero sin mayores modificaciones.

Los seres humanos como mamíferos inteligentes funcionamos de las dos maneras, como sistemas inteligentes para los procesos sofisticados y como redes de agentes para los procesos más elementales. Los primeros son mucho más vulnerables que los segundos que son más básicos y antiguos. Como describe Daniel Goleman en “La inteligencia emocional” la vista y el olfato tiene una conexión directa con el sistema límbico para hacerlo reaccionar inmediatamente ante un estímulo. La razón llegará después, luego de discernir de qué estímulo se trata, para entonces todo el sistema límbico estará en alerta.

De hecho describe dos tipos de inteligencia: la racional y la emocional; la primera construye una andamiaje lógico basado en la razón, la segunda construye otro de conductas basado en las capacidades emocionales. Muchas veces una inteligencia eclipsa la otra pero lo cierto es que en nosotros conviven las dos.

Se cuestiona si un sistema jerárquico puede llegar a convivir con otro que no lo es como la red. Creemos que en un principio no son compatibles pero que en al medida en que ambos compartan comunicación e información se podrían nutrir uno del otro.

El secreto es perdurar en el tiempo en un marco de competencia. Como se cita en el capítulo La organización en un mundo complejo a Steven Johnson, donde dice que el criterio de evaluación de éxito o del fracaso de un proceso evolutivo es:

tus genes obtienen el pase a la próxima generación si sobreviven lo suficiente como para producir una nueva generación”.

Los procesos compiten entre sí como los hacen las empresas en los mercados. Sobreviven en el tiempo las más aptas.

La eficiencia de un proceso es la cantidad de recursos que necesita para obtener un mismo resultado. Cuanto menos recursos más eficiente será.

Si nos alejamos de los procesos que involucran máquinas y nos acercamos a procesos humanos entonces hablamos de fin y de los medios. Cuantos más medios necesitemos para llegar a un fin determinado más costoso será el proceso. De acuerdo a como se quiera presentar la información: la relación fin – medios da una como resultado una ecuación que en sociología se la conoce como “sentido”. Una cosa “tiene sentido” cuando el costo de tenerla no es mayor que el de los medios para obtenerla. Se dice que “el sentido común no es el más común de los sentidos”, ya que la evaluación del sentido, si bien está teñida de rasgos personales, tiene connotaciones sociales.

La evaluación de lo que para nosotros pueda tener sentido no necesariamente se correlaciona que lo tenga socialmente. Ponerse un zapato en la cabeza, tiene connotaciones sociales muy costosas, mas allá que para mí tenga algún sentido. Por eso el sentido tiene connotación social. Pablo Gianera[ii] afirma que:

“los vínculos entre la literatura argentina y la experiencia política estuvieron signados por una oscilación causal entre crítica y sanción. Cuanto más virulenta fuera la crítica, mayor sería el castigo. En este sentido, es el caso de Rodolfo Walsh”.

Sentido y crítica muchas veces se contraponen.

El sentido

Introducido el concepto de sentido es necesario preguntarse cómo opera. ¿Es local o general? Aquí nos remitiremos nuevamente a los postulados de Elisabeth Noelle-Neumann donde ella habla sobre el órgano cuasi estadístico de evaluación que usamos para evaluar la opinión pública, de lo que estamos hablando es del sentido. Esa evaluación de la distribución de opiniones involucra un proceso racional. Ya nos hemos extendido largamente sobre este tema en este trabajo, de lo que ella habla es de posición, de dónde posicionarnos ante una opinión dada. La diferencia del beneficio frente a la amenaza que ella llama “aislamiento como castigo” y que es lo que se trata de determinar, se da como inclusión –exclusión, el sentido será entonces permanecer incluido. El mayor costo en consecuencia será siempre la exclusión, el quedar aislado, el quedar marginado será la mayor sanción. Nadie quiere quedar afuera. Por lo tanto cualquier medio es válido para no ser excluido, siempre será menos costoso que quedar afuera.

El silencio es la ausencia total de crítica y por eso conlleva cohesión social. En el capítulo Las posibilidades de la república interpretábamos el carácter informacional del Movimiento de los lazos sociales. El sentido en este caso es la información útil. No todo lo que circula por la red tiene significado para nosotros como seres especializados. Una madre puede reconocer el llanto de su bebe de un montón de ruidos e incluso dormida. El agente debe tener la capacidad de leer la información, decodificarla y saber si para él o para el grupo tiene sentido y a partir de esa evaluación actuará cumpliendo su rol de actor necesario de la red.

Quien en definitiva da el sentido entonces es la sociedad ya que es la que amenaza, el sentido a nuestras acciones en público no la da “la sociedad” en su conjunto sino sólo la parcialidad que sostiene esa opinión que es un público local. Sólo el público y no la sociedad como conjunto sostiene la opinión pública y el público siempre es determinado, no es un concepto abstracto, es tan concreto como la información que se constituye en opinión. Siendo la amenaza un efecto local ejercido por el público, el sentido se convierte en una evaluación también local del problema.

Niklas Luhmann llama sistema social a la porción del mundo donde en nosotros opera el sentido. Lo que no pertenece al sistema es el entorno. Compartimos en gran parte este concepto ya que complementa al de Noelle-Neumann definiendo sistema y entorno. En la opinión pública también opera el sentido, porque es local y temporal, fuera del él tal vez no lo tenga, pero no esta a nuestro alcance conocerla. Lo que Luhmann llama sistema social es una red de agentes que comparten un sentido y que en base a la diferencia que establecen con el medio adquieren identidad.

Le damos sentido a los procesos y a las cosas basándonos en interacciones locales y no en conceptos universales como son los valores o los principios religiosos Hay una relación entre lo local y el sentido. También entre sentido y opinión pública por eso el dominio local de un sistema social también forma parte de su piel social. Y cuando decimos locales nos referimos no sólo a las interrelaciones de cercanía en términos de compartir un mismo territorio; sino que también a las interacciones locales del “pequeño mundo” como se verá mas adelante, que es un mundo cercano en términos de vínculos no en términos espaciales.

La organización de lo vivo

En el capítulo Las posibilidades de la república se introduce el concepto de sistema social desde la óptica de Humberto Maturana, pero ahora nos referiremos a los sistemas sociales constituidos por seres humanos. ¿Por qué son diferentes ambos sistemas, acaso los sistemas humanos no son sistemas sociales desde esa óptica, acaso los seres humanos no somos seres vivos?

La razón y la racionalidad son las que hacen la diferencia. En los procesos evolutivos donde las esferas sociales son esenciales para el mantenimiento de la vida y para la coevolución entre los seres vivos y el medio, los primeros necesitan de una estructura para adaptarse a los microcambios evolutivos y a su vez deben conservar su autopoiesis individual y mantenerla de generación en generación. Es en la estructura adaptada al cambio donde se registra la historia de los cambios operados sobre la misma.

Los cuerpos son los que llevan el registro evolutivo del que nos habla Darwing, sin cuerpo no hay evolución posible. Los humanos tenemos un elemento además de las estructuras corpóreas como registro evolutivo, tenemos la razón que opera como un andamiaje independizado de nuestro cuerpo. La razón puede evolucionar sin respetar la tiranía de los cuerpos. Podemos crear mundos virtuales sin la necesidad de que los cuerpos se adapten a ellos porque son inmateriales.

Los cuerpos humanos deben ingeniárselas para subsistir a pesar de la inmaterialidad de la razón y por ende los códigos organizacionales de la autopoiesis deben quedar a resguardo de ésta, para ello los esconde en el inconsciente y sólo se proyectan al mundo exterior a través de las emociones por un canal independiente de la razón.

¿Puede la razón atentar contra la corporalidad? Todo indica que sí, tanto, que la misma se debe proveer de totems y tabúes para defenderse de agresiones a la corporalidad. Tanto Freud como Marcuse coinciden en que las represiones de los tabúes son los que nos permiten vivir en sociedad y sin ellos la vida sería imposible entre los humanos. Pero el sistema social es anterior a la razón por lo tanto el mecanismo es el inverso al que ellos proponen. Es la racionalidad la que no nos deja vivir en un sistema social y es el cuerpo el que genera los antídotos necesarios para subsistir en su medio natural a pesar de la razón y el medio natural del sistema social es vivir en sociedad. Los tótems y los tabúes lo que hacen es restringir los territorios, achicar los dominios y simplificar la complejidad para que los sistemas sociales puedan tener sentido real, esto es un sentido natural: el sostenimiento de la vida. Los anticonceptivos, la planificación familiar, el aborto, el trabajo alienante son todas construcciones racionales que se oponen al sentido social. Por eso muchas cultura los excluyen desde la creencia religiosa o como simple tabú. En el famoso “de eso no se habla” opera el silencio que permite la cohesión que posibilita vivir en sociedad para mantener la especie.

En la teoría de redes sociales se da el concepto de cercanía. La cercanía en términos relacionales como territoriales contribuye, como se ha venido reafirmando más arriba en este capítulo, a afianzar los lazos sociales y por ende al mantenimiento de la vida, por lo tanto si fortalecemos esos lazos tejiendo redes lo que estaremos defendiendo es la vida y la subsistencia dentro de un medio racionalmente hostil para los débiles cuerpos que son, en definitiva, los encargados de trasmitir la vida.

Como se ha venido sosteniendo a lo largo de este trabajo consideramos a las redes sociales como un conjunto de individuos nodos relacionados mediante vínculos interpersonales o mediatizados. El hecho que haya nodos que están más vinculados que otros hace que los caminos de un nodo a otro dependa del trayecto que se elija: si uso el atajo de los nodos más vinculados seguramente llegaré desde un nodo A hasta uno Z apenas pasando por unos pocos nodos, a diferencia de si tomo el caminos A, B, C…., X, Y, Z tradicional. Esto nos da la idea de cercanía.

Para medir la distancia de separación entre nodo y nodo es que se desarrolló el concepto de grados de separación. Si se quiere medir dentro de un conjunto a qué distancia está una persona que se encuentra separada de mí, en términos de salto entre nodo y nodo. Por ejemplo: actores, músicos, científicos, que trabajaron o actuaron junto a mi en algún evento; y asumo que el que trabajó conmigo directamente tiene un grado de separación 1, el que trabajó con el que trabajó conmigo tiene grado 2, el que trabajó con el que trabajó con el que trabajó conmigo tiene grado 3 y así sucesivamente establezco el grado de separación que hay entre ellos y yo. El término: fortaleza del vínculo hace referencia a la transitividad de la penetración del vínculo en función de los nodos que recorre.

El mundo es un pañuelo

De este esquema se desprende el concepto “Seis grados de separación” descripto el libro de Duncan Watts[iii] que es el promedio de saltos que hay que dar entre dos nodos distantes para que un mensaje originado en uno de ellos llegue a su destino mediante la utilización del correo. Cada red tiene su grado de separación característico.

La explicación a este fenómeno responde a que el tipo de distribución de los vínculos en las redes humanas no es equitativo, tiende a responder a una curva exponencial. No tendemos a usar cualquier persona para comunicarnos sino a las más relacionadas, por eso la circulación de la información a través de éstas provoca atajos que permiten la comunicación, de otra forma el contacto sería imposible de establecer. Esto da la sensación de que el mundo es un pañuelo, el efecto “pequeño mundo citado en el capítulo La organización en un mundo complejo, mediante el cual es posible tener la ilusión de vínculo lineal con cualquier lugar o persona del mundo. La globalización en términos informacionales es precisamente eso. A estos grandes conectores con los que todos queremos conectarnos se los llama hubs.

Hagamos nuestro propio ejercicio. Pensemos en que queremos hacer llegar un mensaje a una persona o un grupo de personas que están en determinado lugar, por ejemplo en el centro de la Patagonia. No tenemos idea de cómo contactarnos con esas personas o cómo entrar en vinculación con ese territorio, lo que tendemos a hacer es contactar a personas o a instituciones que sabemos que están en contacto con esas personas y les solicitamos que hagan de nexo para proyectar nuestro mensaje. Las personas que abordamos pueden tener o no vínculos directos con los destinatarios, lo que ellos hacen es reproducir nuestro procedimiento para hacer circular el mensaje y proyectarlo a en la dirección correcta hacia el destinatario final. Y así un día vemos que nuestro mensaje efectivamente llega a destino propulsado por n saltos de personas que reenviaron el mensaje en esa dirección haciendo circular la información y enlazándonos.

Lo que tendemos a hacer en estos casos es a vincular dominios de información. Nuestra red social, nuestro cluster, sabe que para proyectar mensajes debe usar determinados vínculos y atajos que conoce o intuye están o pueden estar vinculados con el destino final, así la información circulará entre red y red para llegar al fin a sus destinatarios.

No hay una distribución democrática ni equitativa en el reparto de nuestros enlaces, tendemos a vincularnos con las personas más vinculadas. En términos de información o de opinión pública la distribución de esa información: ya sean noticias, chismes, o temas de interés general no está repartida homogéneamente, tiende a concentrarse en algunos pocos polos de información a los que se nos hace más fácil acceder. Es por ello que optamos por recurrir a los nodos mejor informados o más vinculados que a los que están asilados para obtener información y activar los vínculos sociales. Esto explica entonces cómo el manejo de la información se puede convertir en poder.

Un reparto de vínculos no muy equitativo

clip_image002En Linked: The New Science of Networks. A. Barabási (Perseus, 2002) explora las topologías de redes e investiga la distribución de enlaces entre los nodos de diversos tipos de redes. Redes eléctricas, redes de contagio de enfermedades, redes de relaciones de personas, Internet, viales, de vuelos y aeropuertos. En los primeros modelos teóricos con los que trabajó presupuso que los vínculos de un tramado social se daban aleatoriamente y que por ende habría una distribución equitativa entre los mismos. Esto es suponer que es todos tenemos más o menos la misma cantidad de vínculos formando una campana de Gauss. La característica principal de este tipo de distribución es que la gran mayoría de diversidad de casos están concentrados entre unos pocos tipos, como la distribución de las diferentes alturas entre los hombres adultos, donde todos medimos más o menos lo mismo, o el mítico largo del pene, que para decepción de muchos varía muy poco de hombre a hombre, siempre se encuentran casos que se desvían del estándar: algunos muy bajos y otros pocos muy altos, con el largo del pene pasa lo mismo, pero nada excepcional.

En la figura vemos como la zona sombreada de desviación menor a σ, que es la desviación típica de la media μ, posee una probabilidad de ocurrencia que es igual a la superficie de dicha zona. Para el caso de que μ sea 0 y que la desviación estándar sea 1, el 68% de los casos estarán incluidos dentro de la zona sombreada que va de – σ a + σ, si en cambio tenemos una zona que va desde -2 σ a +2 σ encontraremos que dentro de ese área se alojará el 95% de los casos posibles

Al estudiar la cantidad de vínculos promedio que tiene una red donde se involucraba la naturaleza o los seres humanos, Barabási observó que no todos agentes tienen igual cantidad de vínculos promedio. Para graficar con un ejemplo: si la cantidad de vínculos promedio para una persona es, para decir un número: 10, esto es que cada uno de nosotros se vincula directamente en promedio con otras diez personas, es de esperar en una distribución gaussiana que el 95% de los seres humanos tengamos entre 12 y 8 vínculos y casi ningún caso de 20, 1 o 100.

Lo que Barabási descubre en sus investigaciones, contrario a lo que esperaba, es que éstos no tienen una forma de distribución estándar de enlace, esto es cada uno con una parecida cantidad de vínculos; de la investigación sobre la topología de las redes advierte que hay una pocas personas que están mucho más vinculadas en comparación con la media y que otras, en un número mucho mayor, muy por debajo de esta; por ende la mayoría de nuestros vínculos se concentran en unas pocas personas. Esto explica, por ejemplo, por qué unos pocos actores de cine populares acaparan la mayoría de los papeles que se ofrecen, o por qué todos los vuelos tanto internacionales como de cabotaje deben pasar por Ezeiza. O por qué en muchos pueblos de nuestro interior, algunos referentes concentran la mayoría de los vínculos por ejemplo en un proceso de innovación tecnológica.[iv]

clip_image004Barabási descubren que el tipo de distribución de vínculos en las relaciones humanas, donde cada individuo tiende sus vínculos hacia otros, responde a una curva con la forma llamada “power law” o ley de potencia, o ley de escala libre, donde unos pocos casos concentran la mayoría de los vínculos y otra gran diversidad de casos, representada mediante la larga cola con la que termina la curva, cuenta sólo con unos pocos.

Como consecuencias de estos datos, Barabási se aboca al estudio de Internet donde analiza la topología de los hipervínculos que conforman la WWW. Un hipervínculo es un nexo de una página de origen con una página de destino. Si yo quiero vincular mi página personal con Google sólo tengo que alojar en mi página un hipervínculo con ésta. Lo que no quiere decir que mi página sea ahora más accesible, ya que sólo lo sería en el caso de que muchas páginas apuntaran con sus hipervínculos hacia la mía. Con el vínculo hacia Google lo que estoy facilitando es el acceso a la página de Google y no a la mía. Por la razón que fuere, estratégicamente, lo que hago al poner un vínculo hacia Google es enriquecer a un rico, es como se dice habitualmente votar a ganador, es hacer más accesible una página que de por sí es de fácil acceso desde el punto de vista del hipervínculo.

¿Pero, tiene Google algún atractivo por sí misma? Es evidente que Google no, el gran valor de Google es su capacidad de vincular, a través de él accedemos a otras páginas de interés. Google, como otros similares como Yahoo, es el gran conector, de ella salen muchos vínculos y llegan otros, muchísimos más.

Hay un tercer grupo de páginas que son grandes receptoras de vínculos, estas son páginas de consulta. Por ejemplo el clima, cotización de divisa, las noticias, la de alguna persona célebre, etc.; estas son las páginas donde llegan muchísimos vínculos, es el caso que a todos nos gustaría tener, es como tener un programa de televisión con muchísimo rating.

Como conclusión Barabási encuentra que hay alguna páginas de donde salen una razonable cantidad de vínculos como las nuestras personales, otras de las que salen pero a las que también llegan muchísimos vínculos, como Google, Wikipedia, etc. y otras pocas que son mayormente receptoras de vínculos, como la del Banco Central de la República Argentina, Microsoft.com, etc. Habría una cuarta categoría que son las páginas aisladas, las que no están vinculadas, las que no pertenecen a ningún circuito.

 

clip_image006El caso Internet es doblemente ilustrativo, primero demuestra por qué en WWW encontramos una distribución de vínculos de escala libre (distribución exponencial), esto es que a medida que se va auto generando dinámicamente la red simultáneamente va tejiendo su topología con estas características, sin ningún patrón ni arquitecto ni conductor. De allí que Google sea por su utilidad una página infinitamente mas vinculada que la mía. La segunda característica que nos muestra el ejemplo es cómo la evolución de la red va hacia el modelo exitoso, en el sentido de la propagación de los nodos más populares, si alguna página tiende a ser visitada lo más probable es que lo siga siendo en el futuro y que su “popularidad se acreciente”, rasgo descrito por Noelle-Neumann.

El modelo de propagación no es lineal, esto es no saltamos al nodo siguiente siguiendo un patrón, sino que saltamos de hub (nodo muy vinculado) en hub para transitar dentro de la red, evitando así pérdidas de tiempo en caminos no probados que muchas veces no llevan a ninguna parte. Parecería ser que ésta es una característica intrínseca en el desarrollo evolutivo de la red.

Barabási describe que las redes responden a algunas leyes que se corroboran en varios escenarios: las redes no son estructuras fijas sino que están en constante evolución. Nuevos nodos se agregan constantemente a la red, otros se desconectarán; cuando se tiene que optar por un nodo al cual vincularse, los enlaces se darán mayoritariamente a los nodos más conectados.

Las prioridades por las que se opta están en relación a: cantidad de enlaces, aptitud del nodo y su antigüedad en la red.

La evolución de la agregación de nuevos nodos a la red responde a los postulados de Noelle-Neumann si consideramos que la opinión pública es la información que maneja la red. El término “fitness” que se traduce como aptitud hace referencia a la idea de actividad de los nodos, el volumen de información que manejan, en definitiva, a la apreciación positiva del mismo. Los nodos más conectados responden a lo que Noelle-Neumann llama opinión dominante y la agregación de nuevos vínculos a esos nodos ya muy conectados responde a lo que ella llama afianzamiento de la opinión.

Una conclusión que saca Barabási de sus investigaciones sobre este tipo de estructura de red es que la naturaleza se basa en este modelo de entramado para evolucionar. También encuentra que las redes naturales son muy estables a los fallos a diferencia de las humanas. Por ejemplo si consideramos al cuerpo humano como una red de órganos donde por algún motivo alguna extremidad es amputada, lo más probable es que sigamos viviendo casi normalmente luego del trauma, lo mismo ocurriría con el impedimento de alguna función biológica, la autopoiesis. Las redes hechas por el hombre son mucho más vulnerables, son propensas a fallos.

El hecho de que algunos nodos sean más significativos que otros en términos de vínculos hace que si el fallo es selectivo y ocurre justamente en los nodos más vinculados, toda o gran parte de la red podría caer. Entonces el peso relativo de los nodos no es para nada equitativo, algunos nodos llevan sobre sí la responsabilidad de sostener toda la red. La solución que se encuentra a este problema es establecer un mayor mayado lo que posibilita caminos alternativos y por ende más estabilidad de conjunto. Barabási cita el ejemplo de los aeropuertos de un país.

Si por ejemplo se cae un radar en Ezeiza eso afectará a toda la aeronavegación de la Argentina ya que en la actualidad tanto los vuelos internacionales y la mayoría de los vuelos de cabotaje tienen como vigilancia del espacio aéreo a los controladores de esa terminal. El terrorismo moderno se vale de este tipo de vulnerabilidad en las redes humanas para asentar una mayor eficacia a sus golpes. Atentados como los de la Estación de trenes de Atocha en España o de las Torres Gemelas en EEUU responden a este esquema.

Como contrapartida a la estabilidad, el mayor mayado irá en detrimento de la velocidad de propagación de la información dentro de la red, ya que la densidad de vínculos aumenta y eso hace más pesada su dinámica y su evolución.

 

Referencias


[i] Ver el capítulo El contrato.

[ii] Pablo Gianera (Buenos Aires, 1971) es crítico de música y de literatura. Es redactor del suplemento cultural de diario La Nación. Dicta clases en el Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla” e integra el consejo de dirección de la revista Diario de Poesía.

[iii] Op. citado

[iv] Ver ”Las redes de diálogo como herramienta de cambio de las formas de “ver y actuar”: el caso de la localidad de Zavalla (pcia de santa fe)” en

http://www.fcagr.unr.edu.ar/Investigacion/revista/rev5/4.htm

Comentarios»

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