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4. La espiral de silencio

“En Política se vuelve de todo, menos del ridículo”.

Frase atribuida al General Perón.

Extracto

En este capítulo se aborda la incidencia de la opinión pública sobre el público que la sostiene, desde la óptica de Elizabeth Noelle-Neumann. Se analiza cómo es que ejerce el control social para explicar desde un punto operacional lo expuesto en el capítulo “La condición argentina”.

La pertenencia

A nadie le gusta quedar afuera. Al lector le sorprenderá que este típico argentinismo: “no me dejen afuera” no es de nuestra exclusiva propiedad. Es un comportamiento socialmente aceptado y muy estudiado en el todo el mundo.

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Por los años ´50 Solomon Asch[i] realizaba en los Estados Unidos experimentos tendientes a verificar la fortaleza de una posición o creencia cuando a esta se la expresaba en público. Se los conoce como los experimentos de la conformidad.

Uno de ellos consistía en presentar a los estudiantes objeto del estudio tres figuras de distinta tamaño, una de ellas patrón contra la que se debía contrastar los tamaños de las restantes (ver figura ilustrativa). El experimento consistía en expresar en público cual de las tres figuras era a criterio del sujeto la más representativa del patrón. Una de las tres efectivamente era exactamente igual al patrón, pero la cosa no era tan sencilla como parece hasta aquí. Junto al alumno sujeto de estudio ingresaban al recinto otros nueve estudiantes, los últimos en combinación con Asch; uno a uno a su vez vertía su opinión al respecto a medida que les llegaba el turno.

En tanto los ayudantes expresaban una posición concordante con la del sujeto todo iba fácil. Pero si inequívocamente nueve contra uno se expresaban en disidencia, éste no sólo dudaba o cambiaba de parecer, sino que sólo un diez por ciento de los entrevistados lograba mantenerse en su propia convicción.

¿Que razón de peso cabría para cambiar de opinión ante una situación tan trivial como la de discernir entre figuras disímiles? Parecería que hay razones y que son de peso.

¿Si la pregunta se volviera más comprometida, por ejemplo que fuera de índole ideológica o política, sería el sujeto capaz de mantener su palabra, o el impulso de unirse al punto de vista más popular prevalecería?

La experiencia de Asch es sólo un ensayo de laboratorio y no es trasladable automáticamente a la vida cotidiana pero sirve como punto de partida para investigar un poco más allá. Por ejemplo: ¿las encuestas de opinión publicadas forman tendencia o no? Se suele decir que es más fácil cambiar de pareja que de club de fútbol, tal vez valga la pena avanzar sobre el tema.

La espiral del silencio

Introducimos aquí “La espiral del silencio[ii], la teoría introducida por la socióloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann[iii] referida a la interacción de la opinión pública en relación con las posiciones individuales y el miedo al aislamiento. La traducción al inglés de su nombre es “Spiral of Silence”, por lo que paradójicamente su abreviatura resulta SOS.

Esta teoría no ha tenido mucha difusión aunque es un invalorable aporte a la sociología y a la comunicación social, y constituye uno de los pilares sobre los que se asienta este trabajo. Se la estudia en las carreras de Ciencias de la Comunicación y Periodismo para explicar su influencia en la opinión pública; a la vez se la critica prejuiciosamente pues se le atribuyen connotaciones políticas o valoraciones subjetivas. Nada de esto es verdad ya que la autora, como se verá, para enunciar su teoría se despoja de todo preconcepto político y filosófico, a la vez que realiza durante años investigaciones de campo que avalan sus resultados. Podemos citar también a otros autores que han hecho trabajo de campo, por ejemplo ¿Espiral del silencio en las elecciones venezolanas de 1998?[iv] .

No hace falta una comprobación tan minuciosa para darse cuenta de cómo incide la espiral del silencio en nuestras vidas cotidianas, por ejemplo en una huelga. La influencia de los piquetes, especialmente en las huelgas de transporte es obvia. Los que no están de acuerdo con el paro efectúan una evaluación de las pérdidas y las ganancias que tendrían si apoyaran o si no al paro. En el caso del transporte los posibles daños que los piquetes pudieran ocasionar a las unidades siempre serían más costosos que el beneficio de un día de trabajo, por lo tanto la adhesión en disidencia se hace inevitable.

Es bueno recordar que Elisabeth Noelle-Neumann apoyó al nazismo durante su juventud y actuó a favor del régimen desde diversos periódicos. Recién después de la guerra adoptó una posición crítica acerca del nazismo y fundó junto con su marido un instituto de investigación de la opinión pública, el Institut für Demoskopie en Allensbach (Instituto de Demoscopía) donde realizó el seguimiento de la opinión pública de los alemanes referente a sus preferencia políticas contrastándolas con los resultados efectivos de las elecciones durante la década del ´60, ´70 y ´80. Sostiene que los supuestos sobre los que sustenta su teoría son de difícil verificación y los enuncia así:

“- La sociedad amenaza a los individuos desviados con el aislamiento.

-Los individuos experimentan un continuo miedo al aislamiento.

– Este miedo al aislamiento hace que los individuos intenten evaluar continuamente el clima de opinión.

– Los resultados de esta evaluación influyen en el comportamiento en público, especialmente en la expresión pública o el ocultamiento de las opiniones.”

 

Agrega la autora[v] que los postulados “están relacionaos entre sí, lo que proporciona una explicación de la formación, el mantenimiento y la modificación de la opinión pública”.

Denomina a estos postulados la espiral del silencio y afirma que más que una serie de silogismos encadenados que dan como resultado una definición, los postulados ínter vinculados y en conjunto constituyen un sistema dinámico de representación.

En este capítulo analizaremos al silencio desde su rol social en la articulación con la opinión pública, en el capítulo El verbo ciudadano en cambio lo analizamos desde el punto de vista de la comunicación, como contrafigura de la palabra. A diferencia de Paulo Freire, quien denuncia y hace una valoración ético-política negativa del silencio, la autora aquí las descarta. Silencio para Noelle Neumann es no exteriorizar opinión individual. Simplemente callar cocientemente.

Una cuestión de supervivencia

En cuanto a la figura del espiral podemos decir que es una forma geométrica que sugiere movimiento, aun estando estática. Induce una atracción hacia su centro en un camino cada vez más estrangulado, o, en sentido inverso, hacia fuera mediante un crecimiento repelente y explosivo. Si se trata de una espiral de silencio, la suponemos centrípeta, en un movimiento que aprisiona en forma inexorable hasta un centro infinito. El silencio en la medida que se acerca a ese centro no es sólo involuntario sino también constrictor, ineludible, sistémico, pero sobre todo inexorable. Y, curiosamente, in ex orable, significa que no podemos sacarlo de la boca, que lo llevamos incrustado adentro nuestro, es decir que también es endógeno.

Para la autora: “Si la opinión pública es el resultado de la interacción entre los individuos y su entorno social (…) para no encontrarse aislado, un individuo puede renunciar a su propio juicio. Ésta es una condición de la vida en una sociedad humana; si fuera de otra manera, la integración sería imposible.”

Como se ve, la considera una condición sistémica a la que los humanos no podemos renunciar ya que está en su naturaleza ser social. Necesita de los otros para el trabajo, para relacionarse, evolucionar, aprender y para reproducirse. Curiosa la coincidencia con Humberto Maturana[vi] quién considera a los sistemas sociales como los garantes de la vida y de la adaptación al medio

Y agrega: “Ese temor al aislamiento forma parte integrante, según nosotros, de todos los procesos de opinión pública. Aquí reside el punto vulnerable del individuo; en esto los grupos sociales pueden castigarlo por no haber sabido adaptarse (que fea palabra usada así). Hay un vínculo estrecho entre los conceptos de opinión pública, sanción y castigo”.

El concepto “individuo” se usa acá como sujeto de pensamiento independiente del colectivo. Un ser individual en contraposición a un ser social. Este es el punto más crítico de su teoría por el que se la critica con vehemencia.

Citándolo a John Loke[vii] en su “Ensayo sobre el entendimiento humano” publicado en 1671 Noelle-Neumann comenta que este hace una distinción entre tres tipos de leyes: la ley divina; la ley civil; y la tercera, la ley de la virtud y el vicio, de la opinión y de la reputación o ley de la moda que para Loke es la más importante…

“Porque notaremos que la mayor parte de ésta (la humanidad) se guía principal, si no únicamente, por esta ley de la moda. Y por eso hacen lo que mantiene su buena reputación entre sus conocidos, teniendo poco en cuenta las leyes de Dios o las del juez”.

La opinión pública

Cuando hablamos de opinión pública le estamos asignando a la opinión un rol medular en la constitución de “lo social”; si de democracia estamos hablando, la tematización de la opinión esta vez es política que se convierte en el sustento mismo de la democracia. Es de ahí que la opinión pública se vuelve medular en la legitimidad del poder en un sistema democrático.

Maricela Portillo Sánchez[viii], en su artículo Opinión pública y democracia. Dos miradas: El modelo normativo de Habermas y el modelo psico-social de Noelle-Neumann, distingue que “para Noelle-Neumann la opinión pública no constituye, desde su marco conceptual, un pilar de la democracia; lo que importa no es el diálogo ni el debate, sino el silencio. No es el debate racional, sino el consenso social”. Es muy interesante esta apreciación ya que según ella, al despojarse de toda valoración ético-política Noelle-Neumann entiende que la espiral del silencio es una construcción sistémica. En este sentido la espiral del silencio se convierte en un verdadero equilibrio de Nash, tal como se ve en capítulo La dinámica social como un equilibrio de Nash

Cada vez que un contribuyente calla y queda en silencio, “mejor me callo”, se obtiene personalmente una conveniencia o ganancia mayor que la se pudiere lograr al expresar en público una posición individual. Mediante una acción individual en un equilibrio de este tipo es imposible el cambio del statu quo, sólo si todos cambiaren de actitud o postura, o sea que la opinión en su conjunto se modificare, se podría llegar variar la conducta colectiva.

La opinión pública para Noelle-Neumann se constituye en la piel social, esta metáfora tiene tres connotaciones, es el contenedor de lo social, se constituye en órgano perceptivo permitiendo la comunicación a través de su porosidad, por último se erige como la frontera entre lo de adentro y lo de afuera, una piel hecha de palabras. Este concepto es verdaderamente de avanzada. De esta manera la opinión pública es el espacio y el tiempo en se lleva a cabo la acción social y que determina los confines donde son verdaderas las afirmaciones que ella sostiene.

El aislamiento como castigo 

Ahora, Noelle-Neumann se pregunta “¿Pero en qué momento uno se encuentra aislado?”

Lo que el individuo intenta descubrir al observar su entorno social es, mediante el dispositivo al que llama “órgano cuasi-estadístico” (postulado 3), estimar la distribución de las opiniones a favor o en contra de sus ideas, pero sobre todo evaluar tanto su fuerza como las posibilidades de éxito de los puntos de vista o propuestas expresadas en público. Desde la óptica de Nash esta actitud podría ser descrita como la elección de la mejor estrategia en el juego dado la jugada de los otros jugadores; es, en definitiva, la opción que le reportará la máxima ganancia al grupo en ese entorno espacio-temporal. Opinión pública no se refiere acá solo a palabra expresada en público sino a todo el universo simbólico de manifestación social. El dispositivo cuasi-estadístico es el que permanentemente contrasta nuestra propia percepción del mundo con la de quienes nos rodean a fin de coordinarla.

En la teoría de redes sociales se evalúan todas las variables del ambiente que influyen sobre la red. Por ejemplo los que viajan en un mismo colectivo, o tren todos los días pertenecen al ambiente cotidiano donde circulamos cada día, sin embargo no tenemos relación directa con ninguno de ellos. Si bien no existe vínculo directo con esos actores, que un día falten o no estén modifica nuestro entorno social de ahí que influye en el comportamiento social del conjunto. Consideramos a ese universo social donde nos movemos como parte de nuestro dominio y como tal hace a la opinión pública.

Así la muerte del viejito que siempre dormía bajo el reloj en el andén puede ser un tema del día y de los subsiguientes porque tematiza a la opinión de los transeúntes de ese andén. Es paradójico que nos ocupemos de alguien de quién no sabemos nada, que nunca nos dirigió la palabra sin embargo formaba parte de nuestra vida cotidiana. Es difícil imaginarnos solos en el vagón sin los rostros de los otros que nos rodean todos los días y nos hacen sentir contenidos. De allí que la opinión pública es la piel de nuestro entorno social. Referencias tales como: nuestro barrio, el policía de la esquina, la barra brava, los padres de la escuela, con todos ellos tenemos temas en común. La opinión pública se modela inmersa en esos ambientes.

El ridículo

Carlos Menem citaba con frecuencia una frase atribuida a Juan D. Perón, según la cual “en política se vuelve de todo, menos del ridículo”; ese lugar oscuro, solitario e incómodo que Noelle-Neumann describe como aislamiento (la cárcel, el manicomio, el campo de desaparición). No caer en el ridículo significa aplicarse una autocensura para no cometer una acción que nos ponga de manifiesto, que nos saque de contexto. Correr los límites del ridículo también significa dejar a otros del otro lado, en infracción, como una ley del off side social.

Charles Chaplin[ix] utiliza una misma matriz en muchos de sus gags[x]: En un salón muy elegante y lleno de gente en donde los señores de la sociedad almuerzan en armonía, irrumpe Carlitos; tropieza con la alfombra arrugada y cae de bruces al suelo. La gente lo mira y comienza a reír. ¿De qué se ríe? Del diferente, del ridículo, del que se sale del entorno, del que rompe las reglas. Es una risa burlona, socarrona, intolerante. Carlitos irrumpe intempestivamente y rompe la armonía, el equilibrio: es diferente, llama la atención, rompe el clima, rompe las reglas, se ridiculiza y es condenado.

El mundo pequeño

Duncan J. Watts[xi], en su best seller “Six degrees, The sience of a connected age” reta a que nos imaginemos a nosotros mismos sometidos al experimento de Asch y nos propone que autoevaluemos hasta que punto podríamos resistir una experiencia como la comentada al comienzo de este capítulo. Considera que el número de personas que apoyan o están en contra de nuestra propia opinión hace una diferencia importante y estudia justamente como varía nuestra opinión en base a la distribución de opiniones del resto de los presentes en una verdadera lógica de conformidad.

Para Watts el esparcimiento de un rumor o el contagio de una enfermedad responden a la cantidad de “individuos infectados” que en definitiva depende del número de ellos. Reconoce una distinción entre los tipos de contagio que se pueden dar en una enfermedad aleatoria e involuntaria y el contagio social en donde la opinión de una sola persona puede ser “altamente contagiosa” en ese proceso. Una sola opinión puede constituir “masa crítica” y cambiar la opinión de la mayoría. Para él existen umbrales a partir de los cuales todo el grupo cambia de opinión. A estos puntos se lo conoce también como “tippin point” o puntos de inflexión en la teoría de redes. En el capítulo La dinámica social como un equilibrio de Nash se muestra que los mecanismos del umbral de rebeldía que plantea Juan Urrutia Elejalde[xii] son consistentes con las conclusiones obtenidas por Watts. Consisten en momentos o hitos a partir de los cuales todo un grupo de personas cambia de opinión o de postura en bloque.

Tanto Asch desde la psicología social, Noelle-Neumann desde la sociología y ahora Duncan Watts desde la nueva teoría de redes hablan del mismo fenómeno social desde distintas ópticas. Existe una permanente observación de la distribución de opiniones (órgano cuasi estadístico) que hace que nos hagamos una autorreferencia de nuestra posición respecto de la opinión dominante. Da lo mismo si ese umbral esta determinado por una media estadística de esas micro-apreciaciones que efectuamos para ver nuestra posición relativa, o por una influencia mediática, o por una opinión valorada (aquellas que marcan tendencia), el efecto resultante es el mismo. El umbral estará más segado hacia la derecha o hacia la izquierda pero la forma de la curva (ver figura) no variará significativamente.

El órgano cuasi estadístico

La dinámica propuesta por el mecanismo de la espiral del silencio hace que los individuos estén auscultando permanentemente el clima de opiniones que los rodean o lo que los medios le bombardean, formándose así una conciencia de lo que ocurre a mi alrededor, una autorreferencia. Con esa apreciación de la realidad ajustan su propia opinión a la de la mayoría. Si la mayoría es la media de un modelo exitoso, dentro de la opinión pública no habrá matices, se tenderá a una opinión única. Podemos citar como ejemplo cuando surge un programa televisivo de elevado raiting al que los otros canales tienden a copiarle o a hacer programas parecidos para poder competir dentro de un mismo espacio. Si en cambio existe una distribución de criterios donde la diversidad es posible, tal es el caso en la elección de un ritmo musical, habrá un abanico de posibilidades dentro de las opiniones generalizadas donde las adhesiones, las opiniones sobre los gustos musicales, estarán repartidas y en consecuencia no estarán polarizadas.

Otra cosa es cuando se tiene que decidir en una situación de inestabilidad donde “el individuo es testigo de una lucha entre posiciones opuestas y debe tomar partido. Puede estar de acuerdo con el punto de vista dominante, lo cual refuerza la confianza en sí mismo y le permite expresarse sin reticencias y sin correr el riesgo de quedar aislado frente a los que sostienen puntos de vista diferentes. Por el contrario, puede advertir que sus convicciones pierden terreno; cuanto más suceda esto, menos seguro estará de sí y menos propenso estará a expresar sus opiniones”.

En una opinión polarizada “la opinión dividida se afirma cada vez con más frecuencia y con más seguridad; al otro se lo escucha cada vez menos. Los individuos perciben estas tendencias y adaptan sus convicciones en consecuencia. Uno de los dos campos presentes acrecienta su ventaja mientras el otro retrocede. La tendencia a expresarse en un caso, y a guardar silencio en el otro, engendra un proceso en espiral que en forma gradual va instalando una opinión dominante”,

The rich gets richer”, el rico se hace cada vez mas rico. Nuevamente en este texto se puede hacer una correlación entre apreciación de opinión y autorreferencia.

La opinión pública en el mundo de la complejidad

Noelle-Neumann insiste que el clima de opinión pública no puede evaluarse como la suma de las opiniones individuales, sino que esta es un emergente del conjunto de opiniones y es por eso que propone para su evaluación que sea necesario realizar sondeos indirectos donde los entrevistados puedan despersonalizar sus respuestas en función no de lo que ellos creen, sino de lo que ellos creen que piensa la mayoría. 

Este tema es crucial para estas cuestiones ya que es la justificación de los gobiernos corporativos para cancelar el debate. En los gobiernos democráticos actuales como se enuncia en el capítulo La condición argentina. El debate es postergado y viene en segundo lugar, la necesidad y urgencia, la cohesión social, los supremos intereses de la patria, los principios occidentales y cristianos y muchas otras excusas lo postergan, avaladas por la espiral del silencio. Y aquí se define el concepto de opinión pública emanado de los postulados de su teoría:

“Basándonos en el concepto de un proceso interactivo que genera una ‘espiral’ del silencio, definimos la opinión pública como aquella que puede ser expresada en público sin riesgo de sanciones, y en la cual puede fundarse la acción llevada adelante en público”.

El discurso dominante dispara un mecanismo amenazante del que es posible protegerse refugiándose en el silencio. Desde la óptica de Nash el concepto de opinión pública según Noelle-Neumann sería la mejor estrategia adoptada colectivamente, aquella que trae estabilidad.

La palabra, desde siempre ha sido patrimonio de las clases más ilustradas y acomodadas; esta conformó su autoría, su elaboración, su tabla de verdad. No ha sido tradicionalmente de dominio popular, en tanto el silencio sí lo es y no dejará de serlo en la medida que no haya una verdadera revolución en los sistemas de comunicación, información y educación. Noelle-Neumann muestra varios cuadros donde se estudia la predisposición de las diferentes franjas de la sociedad a manifestarse en público.

El nivel económico citado en el párrafo anterior no es el único factor determinante. La edad es otro, cuanto mas jóvenes parecería que es más fácil exponer en público las opiniones, lo cual es concordante con los prejuicios que acumulamos durante la vida. También son más extrovertidos los varones que las mujeres, los que viven en las ciudades que los que lo hacen en pueblos pequeños o en el campo, los que tienen mayor instrucción que los que no la poseen, etc. [xiii]

Paradójicamente, esto nos lleva a la conclusión de que para la autora el silencio es el responsable de la cohesión social y por ende el garante de la paz. A más palabras, menos cohesión, más dispersión, más discrepancia, más aislamiento. En el capítulo El contrato se estudia de qué forma la palabra se articula en un diálogo social y cómo se puede llegar a negociar a partir de la misma.

Toda la construcción del pensamiento moderno se basa teóricamente en el contrato y en la palabra. Aquí la autora nos está diciendo totalmente lo contrario. La sanción es proporcional a la posición crítica. El “no te metas”, “yo argentino”, “algo habrán hecho”, “de la casa al trabajo y del trabajo a la casa” son frases que se inscriben en esta línea de pensamiento. Las diversas formas que toma el silencio en pos de esa construcción social es lo que nos debe importar ahora.

El ingreso en el silencio auto impuesto lleva implícita una resignación del proceso de individuación en beneficio del del grupo con una marcada tendencia hacia la masificación y a la a–dicción, (no dicho), y provee a su vez una correspondencia entre sus miembros que es la responsable en definitiva del afianzamiento del vínculo y por ende de la cohesión social. Desde un punto de vista crítico, una sociedad que se comporta así muestra serios rasgos de inmadurez, lo que de tanto en tanto la pone en crisis y debe ser repactada para poder estabilizarse. Tampoco esto quiere decir que no pueda evolucionar hacia una dinámica más racional si las condiciones están dadas.

La dinámica de la espiral del silencio 

La autora entra luego en la comprobación científica de su teoría al realizar el trabajo de campo que la legitimiza y la lleva a hacerse las siguientes preguntas: “¿Cuáles son las opiniones que deberían difundirse y cuáles deberían decaer? ¿Cuál es la forma de la presión conformista?” A estos interrogantes responde con los siguientes postulados:

Si una mayoría se considera minoría, tenderá a declinar en el futuro. A la inversa, si una minoría es vista como mayoritaria, irá en aumento. Si los miembros de una mayoría no prevén que ésta pueda mantenerse en el porvenir, fracasará. A la inversa, si la creencia en una evolución favorable es compartida por muchos, sus miembros necesitarán mucho tiempo para cambiar de opinión. Si la inseguridad en cuanto a lo que es la opinión dominante, o lo que será, aumenta, es porque está ocurriendo un cambio profundo en la opinión dominante. Si dos facciones se distinguen claramente por su respectiva disposición para exponer sus puntos de vista en público, la que muestre mayor disposición será quizá la que predomine en el futuro.

Dice que estos resultados son aplicables, generalizando su hipótesis, no sólo a la opinión sino también a otras conductas públicas:

Este tipo de análisis puede aplicarse a la previsión de las opiniones políticas, a la de las tendencias de la moda o a la de la evolución de las costumbres y las convenciones sociales, es decir, a todos los campos respecto de los cuales la actitud y la conducta del individuo están determinados por la relación entre sus propias convicciones y el resultado de la observación de su entorno social. A mi modo de ver, esta interacción es el principal aspecto del proceso de formación de la opinión pública. La importancia del papel de la observación del entorno hace que todas las ponencias sobre la opinión pública sólo valgan para períodos y sitios determinados.

Como se ve en el capítulo Las esferas sociales al analizar desde la teoría de redes como son las secuencias de conformación de la red[xiv] cada nueva adhesión buscará para hacerlo el nodo más conectado. Desde el punto de vista informacional estar más conectado en este caso no significa manejar más información sino poseer la información más valorada por la red, el discurso dominante es el que más adhesiones recoge.

La opinión pública para Noelle-Neumann no es la suma de las opiniones individuales, lo que la acerca más a un modelo complejo que a uno determinista. A medida que cada uno del público va expresando su opinión, la Opinión Pública se va modificando, y a medida que lo hace, influencia las opiniones individuales. Entonces no es posible distinguir opinión pública a partir de opinión individual ya que las dos se influyen y condicionan recíprocamente.

Mauro Wolf[xv] señala que: “El supuesto de fondo es que las personas suelen reaccionar ante el conjunto del que forman parte, lo cual indica que es probable que teniendo que decidir dónde ubicarse respecto a un problema de importancia pública, muchas personas no se basen en su propia opinión sino en sus propias lealtades sociales para decidir (…) no eligen dónde posicionarse, sino con quién estar”.[xvi]

El carácter posicional señalado por Wolf sobre la teoría de la espiral del silencio toma una significación especial cuando se presenta el modelo de red social en el capítulo Del movimiento de las esferas sociales como un equilibrio de Nash. Allí se habla de topología de la red que no es otra cosa que la grafía que va adquiriendo una red a medida que evoluciona en el tiempo de acuerdo a cómo está vinculada. Si consideramos a cada persona como un nodo y a los vínculos como las interrelaciones entre las personas, la topología será el lugar que cada uno ocupa en relación al otro en el espacio público.

Un modelo criticado

Noelle-Neumann es criticada y cuestionada por esta teoría; de hecho está en las antípodas del concepto de opinión pública de Jürgen Habermas de quien nos ocupamos en los capítulos La construcción de la opinión pública y La legitimidad del poder en la construcción de la república. Este autor sostiene que la opinión pública es el resultado de la interacción libre y racional de los individuos.

Pero, ¿qué es la opinión pública? ¿Un consenso racional, como sostiene Habermas, o una forma de control social como dice Noelle-Neumann? Una aproximación a una respuesta de este interrogante se da en el capítulo La construcción de la opinión pública.

Trataremos aquí de sacarle un poco de dramatismo a las palabras de Noelle-Neumann. ¿A qué se refiere cuando dice que la opinión pública ejerce un control social? No es que ejerza un poder de policía del pensamiento, desde un punto de vista coercitivo, tal vez así lo creyere cuando escribió su teoría. Hoy contamos con elementos, como la teoría de redes sociales, para hacer una diferencia entre opinión masificada y opinión mayoritaria, esto es avalando sus postulados.

La teoría de sistemas explica como los sistemas vivos crean vínculos que establecen relaciones sociales de la base hacia arriba con sólo unas pocas interacciones y unas pocas instrucciones entre los involucrados. Así se explican conductas como las de una bandada de gansos que vuela en coordinación sin un líder, incluso explican cómo es que en el hormiguero a pesar que ninguna hormiga individual sepa lo que está pasando en los otros sectores, sin siquiera que la hormiga reina sepa, todo el hormiguero funciona a la perfección. El hormiguero llega a durar más de quince años superando así a la vida promedio de una hormiga obrera que es de uno y medio[xvii].En este sentido el control social es mantener la cohesión social, mantener la unidad de la bandada o la unidad del hormiguero.. Es lo que mantiene la lógica de funcionamiento de ese colectivo.

A los ojos de esta nueva ciencia de redes las interacciones entre los seres vivos dan como resultado comportamientos emergentes, que poco tienen que ver con los comportamientos individuales, éstos son comportamientos colectivos con reglas y evolución propios. La autoorganización es la que posibilita esa construcción de abajo para arriba. Por qué los seres humanos habríamos de desprendernos de esa forma de interacción por más razón e inteligencia que hayamos adquirido. De hecho los niños menores de cuatro años todavía no poseen la capacidad de abstraer su yo del colectivo. Todo indicaría que es un rasgo de integración primitivo que traemos escrito genéticamente y que tiene que ver con la vida misma.

El control social al que hace referencia la autora es el medio por el cual la interacción entre individuos facilita la vinculación necesaria que posibilitará la organización primitiva de bajo nivel. ¿Podríamos concebir una hormiga aislada de su hormiguero, podríamos concebir al hormiguero sin una colonia de hormigas? ¿Podríamos acaso concebir a un bebé sin el cuidado de su madre? Como la hormiga, los seres humanos se vinculan para poder evolucionar en conjunto dentro de sus comunidades, está en su naturaleza de ser social, lo que hace en función la defensa de la vida. Esto de ninguna manera quiere decir que a ese control social no se lo utilice para la dominación, la masificación y sometimiento de toda una sociedad, pero eso es objeto de otro análisis.

La espiral como herramienta de manipulación

A la espiral del silencio como herramienta de sometimiento y de control social se la ha usado en reiteradas oportunidades a lo largo de la historia. La introducción del miedo, verdadero o fabricado, dentro de la temática pública ha sido una de las técnicas más recurridas para la cooptación y la represión. El poder constituido de esta forma tiene la fortaleza del silenciamiento del otro.

La libertad en todos los casos, sea como fuere o para qué se use la espiral del silencio, siempre se verá restringida porque no es posible gozar de una libertad absoluta ya que sólo se puede gozar de aquellas libertades por las que el grupo no me condenará, aquellas que no me excluyan o me aíslen, aquellas garantizadas por la opinión pública.

Estas libertades posibles se dan en dos frentes, uno local donde la opinión de mi grupo es la que opera como límite de lo censurable y lo permitido, y el otro global donde está a su vez es mi grupo, con el que yo comparto opinión actuando como unidad colectiva, el que juega contra terceros grupos con otras opiniones, con otras sanciones y así desde una lógica micro podemos transpolarnos hacia un entorno cada vez más ampliado constituyendo así una lógica de libertad macro conformada por las infinitas interacciones de los grupos entre sí.

Las libertades positivas de Isiaha Berlin ya no serán posibles por un condicionamiento propio del entorno. Las libertades de ser y de hacer son dejadas de lado para dar lugar a las otras libertades, las que tengo frente al grupo, las que mi grupo posee frente al mundo, en una interacción que permite un equilibrio dinámico que se mantiene en el tiempo. Un equilibrio de Nash.

Buscamos nuestro lugar en el mundo para poder desarrollarnos libremente. Este no es cualquier lugar, es el nuestro, allí en ”lo local” donde somos aceptados con nuestras diferencias y una vez que lo encontramos no deberíamos renunciar tan alegremente a su defensa ya que es nuestra única soberanía. A ese lugar lo llamamos República

 

Referencias


[i] Solomon Asch psicólogo norteamericano conocido por sus experimentos de la conformidad en el campo de la psicología social.

[ii] Elisabeth Noelle-Neumann, La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social, Paidós. Barcelona, 1995.

[iii] La autora estudió Ciencias de la Comunicación, Historia y Filosofía en las universidades de Berlín, Königsberg y Munich, Alemania, y en 1937, Periodismo en la Universiad de Missouri, EE.UU.

[iv] Dr. Iván Abreu Sojo. Universidad Central de Venezuela 2000; ¿Espiral del silencio en las elecciones venezolanas de 1998?, en Revista Latina de Comunicación Social número 29, mayo de 2000, La Laguna (Tenerife), http://www.ull.es/publicaciones/latina/aa2000rmy/102ivan.html.

[v] La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social, Paidós. Barcelona, 1995 (capítulos 20 y 21).

[vi] Humberto Maturana Romesín Nace en Chile en 1928, biólogo Ph. D. Harvard (1958). Estudia medicina (U. De Chile) y luego biología en Inglaterra y EEUU. Sus trabajos iniciales los desarrolla con Francisco Varela G. con quien publica en conjunto De máquinas y Seres Vivos (Editorial Universitaria 1972, Santiago de Chile) y luego su obra más maciza El Árbol del Conocimiento (Editorial Universitaria, Santiago de Chile 1984).Ver el desarrollo de esta idea en el capítulo “El establecimiento del vínculo social”.

[vii] John Locke Pensador inglés considerado como el padre del empirismo y del liberalismo.

[viii] Profesora-investigadora de la Academia de Comunicación y Cultura de la Universidad de la Ciudad de México, ITESM-Campus Monterrey, México.

[ix] Actor, director, guionista y músico de origen británico (Londres, 1889/Corsier-sur-Vevey, Suiza, 1977).

[x] El escritor y dramaturgo argentino David Viñas recuerda en una conferencia dada en nuestra ciudad hace unos años al inefable Charles Chaplin.

[xi] Duncan j. Watts es profesor asociado en sociología en la universidad de Columbia en los Estados Unidos y consultor externo en el Santa Fe Institute, (en este último es donde se han realizado las investigaciones mas importantes sobre teoría del caos y sobre teoría de redes.

[xii] Urrutia Elejalde, Juan, es economista español. (1944) Se licenció en la Universidad de Deusto 1967 y se doctoró en Economía en la Universidad de Boulder EEUU. Catedrático de Teoría Económica. En la actualidad es presidente del Consejo Editorial del periódico Expansión y de la revista Actualidad Económica, así como de la Fundación Urrutia Elejalde.

[xiii] Tablas 3 y 4 La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social.

[xiv] Albert Lazlo Barabasi Es profesor de Física en la Universidad de Notre-Dame.

[xv] Es citado por Maricela Portillo Sánchez en su trabajo. Mauro Wolf (1947-1996) fue uno de los más importantes teóricos de la comunicación. Profesor del DAMS de la Universidad de Bolonia.

[xvi] Wolf Mauro (1994). Los efectos sociales de los mass media, Paidós, España.

[xvii] Steven Johnson en su libro Emergence cita la Dra. Deborah Gordon que es una bióloga de la universidad de Stanford que realizó investigaciones sobre el comportamiento de las hormigas.

Comentarios»

1. Marcelo - octubre 16, 2010

Gracias!

2. Ramon - marzo 5, 2011

Muy interesante

3. Paola - noviembre 28, 2011

Genial, no lo he leído todo porque primero quiero terminar el libro voy en el 4to capt. Pero las teorías me atraparon.


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